viernes, 6 de junio de 2014

EL TAPERING, LA CLAVE DEL ÉXITO




Para preparar cualquier competición es recomendable seguir una planificación coherente y diseñada siguiendo los principios fundamentales del entrenamiento. Una de las fases más importantes para que  todo lo programado no se vaya al traste es la relacionada con qué hacer los días y semanas antes de la competición. En ese punto de la preparación ya estará todo el trabajo hecho, nada de lo que hagamos nos ayudará a ser más rápidos pero es vital para que lleguemos al día de la carrera en supercompensación y podamos rendir a un nivel superior que en los entrenamientos.

A la reducción de las cargas conforme se va acercando la competición es lo que se conoce como tapering.

El organismo debe haber asimilado todos los estímulos a los que lo hemos sometido durante los últimos meses de manera progresiva. Una de las claves para un buen entrenamiento es aplicar las cargas adecuadas en el momento correcto para que pueda rendir mejor que en las sesiones anteriores. Eso es saber cuándo el organismo está en fase de supercompensación.

Una de las cosas que trae de cabeza a los entrenadores es ser capaz de afinar para que el deportista llegue al día de la carrera en su mejor punto de forma física. Deberemos reducir de una forma progresiva pero no lineal la carga de nuestros entrenamientos durante un período variable pero planificado en el tiempo.

En el tapering debemos jugar con la frecuencia de los entrenamientos, con el volumen de estos y su intensidad. La frecuencia de entrenamiento debería ser un 20-30% inferior. El volumen debería disminuir de una forma bastante drástica (y no necesariamente de forma lineal). Si yo, por ejemplo, hago entrenamientos de 1-2 horas, en estos últimos días podría bajar hasta los 30-40 minutos de entrenamiento. Y la intensidad debería ser media o media-alta. O sea, rondando el 70-75% de tu máximo.

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