Hoy traemos al
blog de Esencia una de las creencias más generalizadas entre la población en
relación a la práctica deportiva. Aún es fácil ver por nuestras calles a
personas, en pleno mes de agosto, con temperaturas superiores a los 40°C, haciendo ejercicio físico con un chubasquero con el objetivo de sudar mucho
para adelgazar.
Estas personas
desconocen el riesgo al que están exponiendo a su organismo, generando un
desequilibrio de la temperatura corporal y bloqueando sus medios para paliar
esta situación. El cuerpo humano pone en marcha una serie de procesos con el objetivo de mantener la temperatura corporal constante,
entorno a los 37°C.
Al igual que
cuando el clima es frío se desencadenan una serie de reacciones como la
vasoconstricción para no perder calor corporal por la piel, empezamos a tiritar
para que la musculatura eleve los grados o se nos erizan los vellos; cuando
realizamos ejercicio, nos enfrentamos a una situación estresante o el
termómetro se dispara también se activan una serie de respuestas.
Una de las
primeras reacciones es la aceleración del pulso unido a una vasodilatación buscando
emitir calor al exterior. Cuando el cuerpo se calienta de manera excesiva, se
envía información al área preóptica, ubicada en el cerebro, por delante del hipotálamo.
El cuerpo debe evitar que la temperatura no se eleve demasiado y provoque
fiebre (a los 42°C se desnaturalizan las proteínas y corremos riesgo de muerte).
Para ello se expelen gotas de líquido por 2 a 5 millones de glándulas
sudoríparas a través de los poros de la piel. Estas gotas de sudor al
evaporarse se enfrían y hacen bajar en 1 o 2 grados la temperatura corporal.
Este es uno de los medios más eficaces para termo-regularizar el organismo.
Teniendo en
cuenta que el 60% de nuestro cuerpo está formado por agua, elevar la
temperatura de manera artificial aparte de lo que ya genera la contracción
muscular durante el ejercicio es buscar una deshidratación prematura. A
continuación os mostramos los efectos de la pérdida excesiva de líquido:
Pérdida de peso
corporal
|
Efectos en el
cuerpo humano
|
1%
|
Umbral de
insuficiencia para termorregular.
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2%
|
Sed intensa,
malestar difuso, pérdida de apetito, opresión.
|
3%
|
Boca seca, pérdida
de agua en sangre, disminución de la excreción urinaria.
|
4%
|
Pérdida de un
20-30% de la capacidad de realizar ejercicio físico.
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5%
|
Dolor de cabeza,
dificultad para la concentración, impaciencia, apatía.
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6%
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Degradación grave
de la regulación de la temperatura durante el ejercicio.
|
7%
|
Riesgo de coma si
hace calor o humedad y se continúa el ejercicio.
|
En conclusión,
aclarar que la grasa es nuestro combustible y que sólo nos desharemos de ella
si realizamos actividades aeróbicas de
largo duración y de intensidad moderada; no la vamos a expulsar por la piel. El
sudor tan sólo está formado por agua, sales minerales y electrolitos, que vamos a recuperar en cuanto bebamos.
Así que desde
Esencia, ahora que se acerca el verano, recomendamos no realizar ejercicio en
las horas centrales del día, hidratarse bien antes, durante y después del
entrenamiento, utilizar prendas frescas y transpirables así como gorras o
pañuelos para la cabeza, y por supuesto no utilizar fajas de efecto calor ni
nada por el estilo.
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